Seguramente en algún momento de tu vida te has propuesto algún objetivo o meta importante, ¿verdad? Tal vez quisiste bajar de peso, aprender un nuevo idioma, ahorrar dinero para un viaje o empezar un negocio propio. Pero quizás te encontraste con que, a pesar de tus mejores intenciones, no lograste avanzar tanto como esperabas.
A tí que eres una mujer de acción, quiero hablarte sobre un tema muy interesante que estoy segura te va a encantar. Se trata de la diferencia entre ponerse en marcha y ponerse en acción.
La razón por la que muchas veces nos quedamos estancadas es porque confundimos ponerse en marcha con ponerse en acción.
¿Qué significa esto? Pues bien, ponerse en marcha es el primer paso que damos cuando queremos empezar algo. Es decir, es el momento en que decidimos que queremos cambiar o mejorar algo en nuestra vida. Pero después de eso, viene el segundo paso, que es ponerse en acción. Y este es el paso más importante.
Ponerse en acción significa empezar a llevar a cabo acciones concretas para alcanzar nuestro objetivo. Es decir, es el momento en que dejamos de imaginar, de planear o de procrastinar, y empezamos a actuar. Es el momento en que nos ponemos manos a la obra y comenzamos a hacer las cosas que necesitamos hacer para alcanzar nuestra meta.
La clave para lograr nuestras metas está en pasar de ponerse en marcha a ponerse en acción. Es decir, no basta con tener buenas intenciones o con hacer planes detallados. Lo que realmente importa es tomar acción a través de un sistema que nos permita avanzar paso a paso hacia nuestros objetivos.
Por supuesto, esto no es fácil. Muchas veces nos encontramos con obstáculos, con miedo, con falta de motivación o con otras distracciones que nos impiden avanzar. Pero la buena noticia es que podemos entrenar nuestra habilidad de tomar acción y hacer que sea un hábito en nuestra vida.
Una de las claves para lograr esto es empezar con pequeñas acciones diarias. En lugar de querer hacer todo de golpe, podemos dividir nuestro objetivo en pequeñas tareas que podemos realizar todos los días. De esta manera, nos resultará más fácil y menos intimidante empezar a tomar acción.
Otra cosa que nos puede ayudar es buscar apoyo y motivación en otras personas. Hablar con amigos, familiares o un coach puede ser muy útil para mantenernos motivadas y enfocadas en nuestro objetivo.
En resumen, ponerse en marcha es el primer paso para alcanzar nuestras metas, pero lo más importante es pasar de ponerse en marcha a ponerse en acción. Y esto requiere de esfuerzo, perseverancia y disciplina. Pero si logramos hacer de la acción un hábito en nuestra vida, podremos lograr todo lo que nos propongamos.
¡Tú también puedes lograrlo!
Un fuerte abrazo
Carolina
