Emigrar se ha convertido hoy para millones de personas en un proceso que implica unos niveles de estrés tan intensos que pueden llegan a superar la capacidad de adaptación de los seres humanos.
Quienes emigran, son candidatos a padecer el Síndrome del Inmigrante con Estrés Crónico y Múltiple o Síndrome de Ulises. El conjunto de síntomas que conforman este Síndrome constituyen hoy un problema de salud mental emergente en los países de acogida de los inmigrantes.
Se trata de un gran malestar emocional que sufren las personas que han tenido que dejar atrás el mundo que conocían.
Los síntomas suelen ser:
Tristeza, llanto
Culpa
Ideas de muerte
Tensión y nerviosismo
Preocupaciones recurrentes
Irritabilidad
Insomnio
Cefaleas y contracturas musculares
Fatiga
Fallos en la memoria
Falta de atención
Sentirse perdido (incluso perderse físicamente)
Hallarse desorientado temporalmente
Los estresores más importantes son:
La separación de los seres queridos que supone una ruptura del instinto del apego
El sentimiento de desesperanza por el fracaso del proyecto migratorio o porque no se cumplen las expectativas previas
El estatus social ( acceso a papeles, oportunidades, trabajo, etc)
La ausencia o desventaja de oportunidades
La cobertura de las necesidades básicas (alimentación, vivienda, atención de la salud)
Entender e incorporarse a las normas/costumbres nuevas
El miedo y la incertidumbre
Pueden considerarse además, al menos siete duelos que debe atravesar la persona que emigra:
La familia y los seres queridos
La lengua
La cultura (costumbres, valores, comidas…)
La tierra (el barrio, paisajes, colores, luminosidad, olores, temperatura…)
El estatus social (acceso a oportunidades, papeles, trabajo, vivienda, sanidad…)
El contacto con el grupo de pertenencia (prejuicios, xenofobia, racismo…)
Los riesgos para la integridad física (en el viaje migratorio, accidentes laborales, persecución., indefensión, trabajo en condiciones de explotación…)
EL acompañamiento terapéutico es de vital importancia cuando la persona sienta que sus capacidades de adaptación se encuentran al límite o han sido sobrepasadas. Contar con la ayuda de un profesional de la salud mental puede evitar el desarrollo de un trastorno.
Psicóloga Carolina Scotti